Calvo para los pies a Irene Montero: tilda de «chapuza» su Ley Trans e impide su aprobación
La ley no tendrá el visto bueno del Consejo de Ministros la próxima semana, como pretendía la ministra de Igualdad
La aprobación de la Ley Trans en el Consejo de Ministros tendrá que esperar, una vez más. Pese a los intentos de la ministra de Igualdad, Irene Montero, de que la reunión del próximo martes diera luz verde a su ley, tras varias semanas de espera, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, última responsable de los temas que llegan a la mesa del Consejo de Ministros, ha impedido que el texto llegue a la reunión semanal del gabinete de Pedro Sánchez. Desde su departamento consideran «una chapuza» el texto que ha propuesto la número dos de Podemos.
Calvo, según fuentes de Moncloa, cree que la ley no cuenta con «seguridad jurídica» y pide al Ministerio de Igualdad que vuelva a rehacer el texto normativo para dotarla de las garantías exigibles para una norma de estas características. La número dos del Gobierno quiere evitar lo que ocurrió hace justo un año con la ley del ‘sólo sí es sí’, qué Montero quiso aprobar antes del 8M y posteriormente se tuvo que corregir en su totalidad «por las prisas». La vicepresidenta analiza otras leyes similares europeas para no tener un revés judicial.
Desde el equipo de la titular de Igualdad, que dicen haber corregido las incorrecciones que se les notificaron hace unas semanas, acusan a la vicepresidenta y al PSOE de «bloquear» sus propuestas. Creen que todos los ministerios implicados han tenido tiempo suficiente para hacer sus aportaciones y que estas puedan ser incluidas, algo que niegan haya ocurrido desde la vicepresidencia primera del Gobierno.
La cuestión relativa a los menores y a la autodeterminación de género, el punto de mayor conflicto entre los dos socios de la coalición, es la que según Calvo no cuenta con «la seguridad jurídica necesaria» en el documento elaborado por el Ministerio de Igualdad. Desde el departamento que dirige la podemita Irene Montero aseguran «no haber recibido ninguna propuesta» por parte de sus socios para dotar del marco legal ambas cuestiones.
En el departamento de Irene Montero lamentan que desde el PSOE «vuelven a bloquear la ley para por no ser una propuesta suya» y aseguran que «no han hecho ningún tipo de aportación para su mejora, más allá de criticar públicamente lo que no les gusta». En el equipo de Montero creen que «no hay absolutamente nada que justifique el bloqueo por parte de la vicepresidenta para aprobar la ley en el Consejo de Ministros».
La parte socialista del Gobierno ha advertido al Ministerio de Igualdad que la norma no se incluirá en la reunión de secretarios y subsecretarios de Estado, paso previo a su aprobación en la reunión ministerial, hasta que «no tenga la calidad normativa y la seguridad jurídica exigible». Quieren que se añadan las aportaciones realizadas por parte de todos los departamentos implicados.
El bloqueo de Calvo para la tramitación de la ley, principalmente, se debe a las diferencias entre el PSOE y Podemos sobre cómo autorizar el cambio de sexo. Los morados quieren que se pueda hacer de forma libre y por eso, el texto que ha elaborado Montero, exige únicamente una «declaración expresa» sin requisitos médicos como los exigidos actualmente. Los socialistas tampoco quieren que se deba aportar algún tipo de informe médico o psicológico para que sea aceptado el cambio de sexo en el registro, pero quieren alguna garantía más allá de la propia voluntad de la persona que lo solicita, como un certificado.
Calvo mira a otros países
La vicepresidenta analiza ahora las leyes de otros países, algunos de los cuales requieren de una autorización judicial o plazos de reflexión, antes de dar por bueno el proyecto del Ministerio de Igualdad. Una vez hechas esas comprobaciones, y transmitidas al equipo de Montero para que sean incorporadas en el documento, dará luz verde o no a la tramitación de la ley. Será entonces cuando ésta podría pasar por la reunión preparatoria del Consejo de Ministros e iniciar su camino para su aplicación.
Tensiones internas
La Ley Trans, junto a la de Vivienda, es una de las que genera más tensiones en estos momentos entre los socios de la coalición. Existen «múltiples diferencias» entre socialistas y morados sobre cómo debe ser y debe aplicarse. Esas diferencias, reconocen fuentes de ambos partidos, se traducen en «tensiones» al no acabar de transformar los acuerdos que suscribieron a la hora de formar Gobierno en medidas reales y efectivas.
Polémica desde el inicio
Esta ley de libertad sexual ha sido polémica desde su negociación porque hizo aflorar las discrepancias que existen en el seno del Gobierno entre las dos formaciones que lo integran, PSOE y Unidas Podemos. Entre las feministas cercanas al Partido Socialista hay un profundo malestar con el «borrado de las mujeres» que, según denuncian, pretenden tanto el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, como la ministra de Igualdad, Irene Montero, a través de esta ley.
Tanto desde el PSOE como desde Podemos se acusan de «boicoteo permanente» entre ellos, «con cuestiones muy sensibles», básicamente por «quién debe capitalizar el logro de esas leyes». Asumen que en temas en los que se juegan el mismo electorado o pueden provocar un gran debate social, los dos partidos. Hace un año que Iglesias y Montero trabajan en esta ley, una de las promesas electorales de la formación morada.